jueves, 8 de octubre de 2009

La ironía de la 5 de febrero

Hace algunos días salí a cenar a un lugar cerca de la Minerva. Era aún temprano cuando decidí regresar a mi casa, antes de que fueran horas “imprudentes para que una señorita decente esté en la calle”, como diría mi papá. Me despedí, tomé mis llaves y me dirigí a mi coche. Todo el tiempo que estuve en el susodicho lugar estuvo lloviendo por lo que al entrar a mi muy querido automóvil lo primero que hice fue prender los limpiabrisas. Enseguida escuché un ruido muy fuera de lo común y noté que algo acababa de caer de mi parabrisas. No quise bajarme del coche en ese momento después de haber leído más de un mail sobre la pobre señora que le poncharon la llanta solo para que se bajara del coche y entonces poder aprovecharse de ella (dígase secuestrarla, robarle el coche u otra cosa que no quiero imaginar y que no sabemos con exactitud porque en el correo no nos cuentan). Por si sí o por si no, mejor hablé a uno de mis amigos para que me “echara un ojo” y entonces bajé de mi coche para darme cuenta de que lo que estaba en mi parabrisas era la placa de mi coche! No tuve que ver más para saber que eso significaba que me habían robado partes de mi coche porque no es la primera vez que me pasa!

Resulta que soy una persona muy suertuda poseedora de un Volkswagen MUY COMÚN y por lo tanto blanco preferido de los amantes de lo ajeno. En mi no tan larga historia con mi querido automóvil le han robado las tapas de los rines, las molduras de las puertas, la facia, los taponcitos de las llantas y muchas otras partes que ni sé cómo se llaman! El caso es que mi coche ha sido importante proveedor de los maravillosos negocios de la calle 5 de febrero y alrededores. (Mejor ni entro en la ironía que es que la calle donde se venden todas las refacciones robadas se llame 5 de febrero!!)

Todas las veces anteriores que le robaron alguna parte a mi automóvil me dediqué a conseguir las piezas directamente en la agencia porque me rehúso a ir a buscarlas a la 5 de febrero y literalmente pagar su secuestro.

No crean que no fui previsora porque siempre, ya una vez instaladas las partes nuevas le puse los famosos “seguros”, que van desde alambritos, alambrotes, más tornillos y cosa y media para que “no se los roben!”. El caso es que después de varias experiencias por el estilo ya no hay presupuesto (mi caso no es como el de los diputados locales que en un año de “austeridad” se pueden aprobar 16 millones de pesos más para sus humildes sueldos) para completar mi coche.

Sé que hay muchas personas que lo primero que hacen cuando les roban los espejos, molduras, tapas o cualquier otra parte de su coche es dirigirse a “negocios” por el estilo (en Guadalajara está la 5 de febrero pero supongo que cada ciudad tendrá su propio espacio para esto) a conseguirlas “bien baratas”. BIEN BARATAS?!!!! Si cada vez que van ahí están promoviendo a que les vuelvan a robar algo o se lo roben a alguien más!!! Suficientes historias he escuchado del tío, amigo, primo que le robaron tal o cual parte del coche que además traía una calca o cualquier otro distintivo y al llegar a buscar un “reemplazo” a la parte robada les “vendieron” LA MISMA!!!!

Así que próxima vez que les roben alguna parte de su coche (no es mal augurio pero dada la situación las probabilidades no son tan remotas) piensen muy detenidamente si quieren contribuir a que las personas que le robaron algo de su coche sigan teniendo un negocio rentable. Piensen si quieren dar dinero a los negocios “chuecos” de nuestro país. Piensen si quieren ser parte activa de las actitudes cómodas y egoístas que reinan en nuestro país o si prefieren empezar generar un cambio ustedes mismos pues... ¿qué pasaría si nadie fuera a “comprar” las partes robadas?

A fin de cuentas a la única persona que podemos cambiar es a nosotros mismos.

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